domingo, 9 de octubre de 2016

La voz de la raza

Yo soy la voz de una raza
que resuena en las montañas
de los macizos andinos,
donde se alza el Aconcagua,
con sus atrevidas cumbres
cual gigantesco atalaya.
Nací en los bosques umbríos,
crecí en rústicas cabañas,
me arrullaron en mi cuna
los cóndores y las águilas.
Fui a la colonia más pobre
de la tierra americana,
mis hijos los más sufrida
más fuertes y de más fama;
mi tierra, una angosta faja
entre el mar y la montaña.
Yo tengo copihues rojos
en mi tierra araucana,
intenso azul en mi cielo,
nieve eterna en mis montañas,
y en mi tricolor bandera
una estrella solitaria,
que va alumbrando el camino
de mi vida centenaria.
¡Yo soy la raza chilena!
indo-ibero, americana,
unión de vida instintiva
entre dos razas contrarias.
Heredé de mis mayores
toda la bravura indiana,
junto al arrogante brío
de los soldados de España.

Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl

Plaza de infancia

Volví a la ciudad vieja de casas empolvadas,
con sus álamos tristes, con sus altas veredas.
Un burrito rastroja las yerbas laceradas
por las fuertes pezuñas y las chirriantes
ruedas.
La plaza era lo mismo: con sus cuatro esquinas,
vendiendo mil silencios.
Caían sordamente bellotas de encinas
con las que jugábamos en el año veinte.
Contemplé mi rostro en el agua verde
y sentí trizarse sus espejos claros.
La nostalgia inútil en mí alma muerde...
Ay! mi pueblo viejo... jamás debí dejaros.
Jardines en sombra, eterno motivo
de todos mis versos, de todas mis penas.
Crepúsculo, viejo, suave y sensitivo,
con tus rozas pálidas y tus verbenas.
De la fuente vieja al murmurio terso
con vaho de mirra en todas las cosas,
quedóse llorando mi último verso,
en la vieja plaza de las pomarosas.


Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl

Continuo retorno

Lo que yo pude ser y que no he sido...
El eterno volver a lo ya ido...
El retorno a las viejas alamedas
y jardín de aspiritas y resadas...
Esperar otra vez algún descanso
en la sonrisa inmóvil del remanso.
Sumergirse en la paz de las umbrías
sollozando otra vez melancolías.
Sentir frío y buscar la vieja estancia
donde duerme el gateo de la infancia.
Quedarse junto a la amarilla tela
retratos del abuelo y de la abuela
y pensar: esta estancia y esta alfombra
son apenas la sombra de una sombra...
Lo que yo pude ser y que no he sido...
el eterno volver a lo ya ido...

Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl