lunes, 24 de octubre de 2016

Himno del Aconcagua

Himno de Aconcagua cantado por vecinos de San Felipe - Letra

Himno del Aconcagua


Aconcagua es mi tierra querida,
Aconcagua es la tierra mejor,
aquí vibra más fuerte la vida
en un clima de luz y de sol.
San Felipe tres veces famosa,
por tres veces heroica ciudad
de Aconcagua por siempre orgullosa.
tú serás la ciudad capital.

En tus montes de nieve cuajados,
Nacen ríos de fuerte caudal,
Que regando tus campos sembrados
Fructifica tu suelo feraz
En tus valles hay huertos floridos,
Y trigales de intenso verdor,
Y en las faldas del monte, tendidos
Tus viñedos se acuestan al sol

Coro
Aconcagua es mi tierra querida
Aconcagua es la tierra mejor,
aquí vibra más fuerte la vida
en un clima de luz y de sol.
San Felipe tres veces famosa,
por tres veces heroica ciudad
de Aconcagua por siempre orgullosa.
tú serás la ciudad capital.

Cañamales de oscuro ramaje,
por tus valles se miran crecer
y sandiales de verde follaje
a tu tierra, se asoman también.
El paisaje se tiñe de rosa,
cuando rompe el durazno su flor,
y la acacia de fronda olorosa
se abanica con pomos de olor.

Coro
Aconcagua es mi tierra querida,
Aconcagua es la tierra mejor,
aquí vibra más fuerte la vida
en un clima de luz y de sol.
San Felipe tres veces famosa,
por tres veces heroica ciudad
de Aconcagua por siempre orgullosa.
tú serás la ciudad capital.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Saludo a los Argentinos


¡Deteneos!  Valientes soldados,
descendientes de ilustres abuelos,
que ha, cien años, pisaron el polvo
de este mismo patriótico suelo.

¿Deteneos! Cantemos un himno
de loor a esas cumbres andinas,
que acabais de cruzar atrevidos,
nobles hijos de tierra argentina.

Gloria a tí, monumento gigante,
cordillera que te alzas audaz,
que a través de dos siglos miraste
dos legiones de bravos pasar.

Una ayer, cuando Chile oprimido,
a los cielos clamaba venganza,
tú los viste pasar aguerridos
y en tus cumbres brillaron sus lanzas.

Sí, tú viste al genio guerrero,
al ilustre José San Martín,
con sus huestes cruzar tus senderos,
presuroso acudiendo a la lid.

Aquí mismo, este suelo bendito,
albergó aquel puñado de grandes,
aquí mismo lanzaron sus gritos
y a sus ecos tronaron los Andes.

Aquí estaban los nobles ancianos,
de esos tiempos, orgullo y honor,
el que fué José Antonio Serrano,
los Sarmiento, Salinas, Muñoz.

Aquí mismo, en abrazo fraterno,
se estrecharon dos pueblos hermanos,
los chilenos altivos y fieros,
con los nobles y bravos cuyanos.

Y al combate, así unidos marcharon,
esos hombres patriotas y fuertes
y allí en Coimas, al godo lanzaron
el primer cañonazo de muerte.

Y fué Coimas, presagio de gloria,
pues la sangre que allí derramaron,
germinó en laurel de victoria,
que en la cuesta famosa alcanzaron.

¡Chacabuco, es el nombre glorioso,
Chacabuco es el nombre de aquella,
inmortal y sangrienta epopeya,
que a este pueblo le dió libertad.

Sin espadas ni lanzas guerreras,
hoy vosotros bajasteis también.
¡Juventud generosa y sincera,
tú eres prenda de paz y de fé!

Ya no existe la antigua cadena,
hoy la América es libre y feliz,
¡Juventud argentina y chilena,
hoy la Patria no os llama a la lid!

Como ayer os miramos hermanos,
abrazados a un mismo pendón,
proclamando a la América libre,
defiendo su vida y su honor.

Somos nietos de aquellos valientes,
herederos de todas sus glorias,
que después de cien años, hoy día,
recordamos sus grandes historias.

Como heraldos de paz os amamos,
nobles hijos de tierra argentina,
hoy unidos las glorias cantamos
de la América Hispano Latina.

Alejandrina Carvajal Aspée

Este poema fue declamado en la Gobernacion
de Putaendo, el 10 de febrero de 1917,
como un saludo a la delegación argentina
en el  Centenario del paso por Los Patos,
del Ejército Libertador.

domingo, 9 de octubre de 2016

La voz de la raza

Yo soy la voz de una raza
que resuena en las montañas
de los macizos andinos,
donde se alza el Aconcagua,
con sus atrevidas cumbres
cual gigantesco atalaya.
Nací en los bosques umbríos,
crecí en rústicas cabañas,
me arrullaron en mi cuna
los cóndores y las águilas.
Fui a la colonia más pobre
de la tierra americana,
mis hijos los más sufrida
más fuertes y de más fama;
mi tierra, una angosta faja
entre el mar y la montaña.
Yo tengo copihues rojos
en mi tierra araucana,
intenso azul en mi cielo,
nieve eterna en mis montañas,
y en mi tricolor bandera
una estrella solitaria,
que va alumbrando el camino
de mi vida centenaria.
¡Yo soy la raza chilena!
indo-ibero, americana,
unión de vida instintiva
entre dos razas contrarias.
Heredé de mis mayores
toda la bravura indiana,
junto al arrogante brío
de los soldados de España.

Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl

Plaza de infancia

Volví a la ciudad vieja de casas empolvadas,
con sus álamos tristes, con sus altas veredas.
Un burrito rastroja las yerbas laceradas
por las fuertes pezuñas y las chirriantes
ruedas.
La plaza era lo mismo: con sus cuatro esquinas,
vendiendo mil silencios.
Caían sordamente bellotas de encinas
con las que jugábamos en el año veinte.
Contemplé mi rostro en el agua verde
y sentí trizarse sus espejos claros.
La nostalgia inútil en mí alma muerde...
Ay! mi pueblo viejo... jamás debí dejaros.
Jardines en sombra, eterno motivo
de todos mis versos, de todas mis penas.
Crepúsculo, viejo, suave y sensitivo,
con tus rozas pálidas y tus verbenas.
De la fuente vieja al murmurio terso
con vaho de mirra en todas las cosas,
quedóse llorando mi último verso,
en la vieja plaza de las pomarosas.


Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl

Continuo retorno

Lo que yo pude ser y que no he sido...
El eterno volver a lo ya ido...
El retorno a las viejas alamedas
y jardín de aspiritas y resadas...
Esperar otra vez algún descanso
en la sonrisa inmóvil del remanso.
Sumergirse en la paz de las umbrías
sollozando otra vez melancolías.
Sentir frío y buscar la vieja estancia
donde duerme el gateo de la infancia.
Quedarse junto a la amarilla tela
retratos del abuelo y de la abuela
y pensar: esta estancia y esta alfombra
son apenas la sombra de una sombra...
Lo que yo pude ser y que no he sido...
el eterno volver a lo ya ido...

Poema correspondiente a su libro inédito "La paz solemne de los inviernos".
Algunos de estos poemas fueron publicados en el diario El trabajo de San Felipe
en los meses de marzo y octubre de 1931.
Fuente de información: https://poetassigloveintiuno.blogspot.cl